Prefacio de FAEC: Finalmente parece que el sentido común y el racionalismo están regresando a la ciencia, de a poco, con timidez, pero con una frecuencia que se incrementa todas las semanas. El tema del sensacionalismo periodístico hace muchos años que viene siendo objeto de denuncias por parte de FAEC y de miles de otras organizaciones e instituciones de todo nivel y en todas partes del mundo, como una poderosa arma para influenciar a la opinión pública y forzar a los políticos ávidos de votos a complacer los "desesperados reclamos del pueblo para ser llevados a la salvación."
Vale la pena recordar aquí lo que decía el gran periodista americano H.L. Mencken: "Todo el objeto de las prácticas políticas es mantener a la población alarmada (y de allí clamorosa para ser guiadas a la seguridad), amenazándola con una interminable serie de fantasmas, todos ellos imaginarios." En verdad, los radicales ecologistas, sus colegas en la arena reguladora y los medios de prensa están allí para "conducirnos a todos hacia la seguridad" lejos, por supuesto, de estos riesgos fantasmas.
Por ello es que resulta muy saludable para la ciencia, los científicos serios y por supuesto para la humanidad entera, que cada día se alcen más y más voces que tratan de alertar a los políticos - no sobre "peligros hipotéticos o fantasmas", sino sobre hechos fríos y concretos sobre la manera en que las políticas reguladoras y prohibicionistas que tienden a frenar y reducir el progreso de la sociedad mundial, hacen uso desmedido e indiscriminado - y sin siquiera ruborizarse - de los medios de prensa y de comunicación, a quienes han hecho cómplices (y quizás socios?) de su innoble negocio de la profecía Apocalíptica.
El siguiente estudio es el trabajo de profesores de la Universidad de Oxford, Inglaterra, en un trabajo conjunto aplicando cada uno de ellos su especialización y maestría en varios campos de la ciencia. Al pie del artículo están los datos completos de los autores. Y ahora, el informe del Grupo de Inves-tigación en Biodiversidad, de la Escuela de Geografía y el Ambiente, de la Universidad de Oxford. Curiosamente, son considerados "ecologistas", aunque preferimos llamarles "ecólogos", porque nos gusta salvar las distancias y marcar las diferencias...
La Ciencia necesita aprender como enfrentar a los medios de prensa cada vez más sensacionalistas. En enero de 2004, los medios de prensa impresa de Grand Bretaña pusieron titulares clamando que 1 millón de especies se extinguirán dentro de los próximos 50 años, cuando en realidad, la esencia de la fuente literaria era que, dependiendo de las suposiciones que se hagan, una propor-ción variable de animales de tierra y plantas podrían eventualmente extinguirse como consecuencia de los próximos 50 años de cambio climático. A causa de que el racionalismo científico es un compo-nente clave de las políticas contemporáneas, es crucial que los políticos y formadores de políticas estén informados por una equilibrada evaluación del conocimiento científico y no por la percepción popular creada por los medios de comunicación con motivaciones e intereses comerciales.
Los alejamientos de la objetividad racional socava la confianza pública en las ciencias naturales y pueden hacer el juego a los anti-ecologistas. Esto pone la responsabilidad tanto en los científicos como en las publicaciones científicas para asegurar una justa y precisa información de sus trabajos.
El 7 de enero de 21004 la revista Nature publicó un estudio que modelaba los efectos potenciales del calentamiento global sobre la extinción de cierta cantidad de animales de tierra y plantas (1). Los resultados del estudio sugieren que bajo escenarios moderados de cambio climático entre 15% y 37% de 1103 organismos considerados dentro del estudio "estarían condenadas a la extinción para el 2050." (1).
Los autores definen este término como significando una estimación de proporciones de especies condenadas a futuras extinciones como consecuencia del cambio climático durante los próximos 50 años, y "no la cantidad de especies que se extinguirán en este período" (1). Además, ellos hacen notar que, "Pueden transcurrir décadas entre la reducción del área y la extinción." En breve, el estudio afirma que si las suposiciones y predicciones de sus modelos son válidas, entonces una proporción de las especies estudiadas ocuparían eventualmente áreas ambientales incompatibles con su supervivencia a largo término.
Hemos revisado 29 artículos publicados en los diarios locales y nacionales de Gran Bretaña informan-do acerca de este erstudio, y hemos encontrado un patrón sistemático de errores en 26 de ellos. La mala representación más significativa de este estudio fue la muy repetida afirmación de que más de un millón de especies se habrán extinguido para el año 2050 debido al calentamiento global (21/29 informes). Sólo dos informes explicaban que sólo unas pocas especies podrían en verdad extinguirse para el 2050. Muy preocupante, dos informaes sugerían que 1/3 de todas las especies del mundo se habrán exitnhuido para esa fecha. Ninguno de los informes especificaron el rango total de la incerte-za, que era de 5,6% a 78,6% de las epsecies condenadas a la extinción a causa del calentamiento global. (1)
En siete informes, se citaba al autor principal del estudio, Profesor Chris Thomas diciendo Si las proyecciones se pueden extrapolar globalmente, y a otros grupos de animales y plantas, nuestro análisis sugiere que bien por encima de un millón de especies podrían estar amenzadas con la extinción como resultado del cambio climático. Esta poderosa afirmación no estaba calificada con ninguna información sobre la base de la extrapolación, or las grandes incertezas concerniente a la estimación global de la riqueza de especies (2, 3). Se le pidó al público, de hecho, que aceptase esta exagerada predicción sin condicionamientos. En contraste, los científicos naturalistas están concientes de que actualmente el número de especies descrito está sólo en la región de 1,75 millo-nes (2) mientras que el número de las especies de artrópodos aún sin descubrir es muy posible que esté en el rango de los 4 a 6 millones de especies (3) más que en el actual y a menudo citado valor de 31 millones (4).
Los orígenes de muchas de las generalizaciones y extrapolaciones más crudas se pueden rastrear hasta el parte de prensa original y los cables de las agencias noticiosas. El primero de estos fue el parte de prensa (7 de enero, 2004) de la Universidad de Leeds (el empleador del Prof. Thomas), que llevaba este titular:
"Cambio Climático Amenaza a Un Millón de Especies con la Extinción". Es aquí donde aparece por primera vez citada la afirmación de Thomas concerniente al "millón de especies", junto con la no identificada afirmación de que "un cuarto de los animales de tierra y plantas se podrían extinguir".
Sin embargo, el parte de prensa se extiende para explicar que las extinciones ocurrirán eventual-mente (énfasis de ellos), y no en los próximos 50 años. Los consecuentes cables de las agencias noticiosas variaron en su veracidad. El servicio de noticias de cable del Dow Jones International News (7 de enero) era sumamente cauto en su tono: "Cientos de especies de plantas y animales de tierra en todo el mundo podrían desaparecer o estar en camino a la extinción durante los próximos 50 años si continúa el calentamiento global."
Sin embargo, el cable de Reuters (7 de enero) contenía muchos de los errores y exageraciones vistas en la prensa al día siguiente cuando declaró: "El calentamiento global podría barrer con un cuarto de las especies de plantas y animales de la Tierra para el año 2050."
Políticos y ecologistas se apresuraron a apoyar públicamente las declaraciones sensacionalistas. Por ejemplo, Margot Wallstrom, la Comisionado del Ambiente de la Unión Europea escribió en el The Guardian, que "Mucha gente tenía mucho para decir sobre el estudio de reciente publicación que sugiere que el calentamiento global podría barrer con la tercera parte de las especies del planeta para el años 2050"; el líder del Partido Verde Irlandés, John Barry, expresó públicamente su apoyo por una campaña de los Amigos de la Tierra (FoE) para reducir las emisiones de carbono y detener "la extinción de un cuarto de las especies del mundo para el año 2050". La investigación hasta fue discutida en la Cámara de los Comunes cuando Margaret Beckett fue citada en Hansard (8 de enero) diciendo que "El estudio que ha sido publicado hoy indica que entre el 15 y el 17 por ciento de las especies de tierra en el área estudiada podrían enfrentar la extinción para el 2050." [el énfasis es nuestro].
Sin embargo, es importante que la Cámara de los Comunes comprenda que el impacto de las predic-ciones más altas del calentamiento global podrían tener efectos más desastrosos aún. De manera que no es un informe exagerado que supone catástrofes; se refiere al esperado impacto del cambio de clima. Por supueso, ya que ni los animales ni las plantas enfrentarán la extinción en el 2050, entonces su interpretación, si no todo el informe en sí, podrían ser acusados de exageración.
Desde el lobby ecologista muchas de las más grandes y conocidas ONGs produjeron partes de pren-sa o publicaron historias en sus sitios de Internet. El WWF-GB fue un paso más allá y usó a la investigación para sus esfuerzos de recaudación monetaria: el 12 de enero envió por correo a sus asociados una "emergencia de conservación", con la frase inicial "Sin duda usted habrá visto los recientes partes de prensa y los titulares de la TV de que para el año 2050 el calentamiento global podría extinguir un millón de especies de animales y plantas."
Sugerimos tres razones posibles para esta amplia distorsionada presentación de los hechos. Primero, los editores de ciencia y los periodistas pueden tener una falta de comprensión de los modelos teó-ricos, suposiciones y extrapolaciones que caracterizan a los intentos científicos de ligar al calenta-miento global con la biodiversidad. La precebidia necesidad de presentar historias como carnadas promueven más todavía la sobresimplificación y la hipérbole.
Segundo, los reporteros en ciencias pueden haber sido negligentes al confiar en partes de prensa de segunda mano más que en comprobar primero los hechos, o ir directamente al estudio original, a pe-sar de su fácil accesibilidad. Enfrentados con estrictas fechas de cierre de edición, muchos pueden depositar exagerados niveles de confianza en los partes de prensa que reciben.
Tercero, puede servir al interés de particulares actores en la cadena de "hacer sexy" a una historia ligándola con el cambio climático y a la inminente extinción masiva de especies, y saltar abordo del resultante vagón de cola. Por este medio los dueños de diarios venden su producto, las revistas generan citas, los científicos ganan perfil y fondos para investigación, las organizaciones de caridad recaudan donaciones, y los políticos ganan una agenda que podría atraer votos y reakzar carreras.
Dado que la aparición de esta tercera sugestión podría sugerir otra cosa, hacemos énfasis en que nosotros reconocemos la real y cnsiderable amenaza para la biodiversidad global a partir de muchos procesos, incluyendo al cambio de clima, y como ecologistas comprendemos y simpatizamos con la necesidad de galvanizar al público y a los políticos en un esfuerzo de mitigación. Sin embargo, esto no debería hacerse al costo de una triste deformación de la ciencia.
La honestidad científica y la claridad es vital para mantener la indenpendencia y y la integridad de la política pública. Si el público pierde su fe en los científicos, entonces la plítica corre el riesgo de ser determinada por intereses espúreos. Sobre enfatizar las implicaciones de una investigación preliminar expone a la ciencia ambiental a severas críticas por parte del lobby anti-ecologista. Esto puede aumentar el escepticismo del público y la complacencia sobre el cambio climático y la pérdida de biodiversidad; en la misma medida en que la exageración en los informes de inteligencia sobre armas de destrucción masiva han afectado las actitudes públicas concernientes a los motivos de los políticos para la guerra contra Irak.
Urgimos a la comunidad científica y conservacionista a tomar actitudes responsables respecto a la publicación de descubrimientos en la investigación científica sobre el calentamiento global hasta que el grado de incerteza sea reducido. Pasos prácticos a seguir por los científicos, sería dirigir la comu-nicación con los medios en este tópico a periodistas con los que ellos tengan ya establecida una relación intelectual; para las publicaciones de alto nivel, restringir cables de noticias sobre el cambio climático a estudios de investigación que presentan claros e inequívocos resultados; y para los cien-tíficos que escriban y envíen a los editores de diarios, encargados de las grandes organizaciones ambientalistas y políticos, aclaraciones sobre artículos desinformantes aparecidos en los medios.
primarios |
Secundarios |
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> 1 Millón de especies extinguidas |
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Especies extinguidas en 2050 |
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¼ de toda forma de vida extinguidas |
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¼ animales/plantas extinguidos |
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1/3 de todas las especies extinguidas |
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1/3 animales/plantas de tierra extinguidos |
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Basados en millones de especies desconocidas |
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Sólo unas pcoas extinguidas en 2050 |
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Frase condenado a extinción usada |
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