Los proponentes de la teoría del calentamiento global catastrófico han recurrido a la política del miedo para imponer su agenda política. Argumentan que los gases de invernadero (GDI) causados por las actividades del hombre están provocando que los glaciares se derritan, aumentando el nivel de los mares y amenazando a la humanidad con una enorme cantidad de calamidades económicas y ambientales. Por ejemplo, una reciente exhibición del Instituto Smithsoniano sobre el cambio climático incluía una pintura del monumento a Washington parcialmente sumergido en el Océano Atlántico, dejando a los visitantes con la nítida impresión de que debemos reducir la emisión de los gases de invernadero si queremos que nuestros descendientes sean capaces de visitar al famoso monumento. Pero esos escenarios pertenecen al ámbito de la Fantasía Científica, y no a la Realidad Científica.
Los Glaciares son Barómetros Inadecuados del Cambio Climático Los teóricos del calentamiento global argumentan que los ejemplos del retroceso de los glaciares, principalmente aquellos ubicados en las regiones de latitudes medias del planeta, suministran evidencia de que el cambio de clima provocado por las actividades humanas está ya en marcha. Sin embargo, los glaciares son un muy pobre barómetro indicador del cambio climático.
Los glaciares están influenciados por una variedad de fenómenos locales y regionales que los científicos todavía no comprenden cabalmente. Además de los cambios de temperatura, los glaciares también responden a cambios en la cantidad y tipo de precipitación, cambios en el nivel del mar y cambios en los patrones de la circulación oceánica. [1]. Como resultado, los glaciares no avanzan, necesariamente, durante las épocas de tiempo frío y se retiran durante las épocas de calor.
Uno de los mayores obstáculos para ligar el comportamiento de los glaciares al calentamiento global es que los glaciares de montaña, los tipos de glaciares hallados en sitios como Suiza y los Estados Unidos, son especialmente difíciles de comprender debido a la compleja topografía de las áreas de montaña. Además, los Modelos de Circulación Global del clima (MCG), usados por los proponentes de la teoría del calentamiento global para predecir el clima futuro - incluyendo su efecto sobre los glaciares - han demostrado ser notoriamente inexactos y de nula confiabilidad. El mismo James Hansen, científico de la NASA que ayudó a encender la mecha del debate del calentamiento global a fines de los años 80, admitió el año pasado que era imposible producir modelos del clima confiables porque hay demasiadas cosas sobre el clima que los científicos no comprenden o ignoran.[2]
Esos mismos imprecisos modelos MCG han sido aún menos confiables cuando se trató de evaluar el impacto del calentamiento sobre los glaciares de montaña. De acuerdo al profesor Martin Beniston, del Instituto de Geografía de la Universidad de Friburgo, Suiza, "Los modelos climáticos ignoran numerosos detalles de las montañas." Esto hace difícil predecir las consecuencias del calentamiento global sobre los glaciares.
Beniston dice que "es difícil estimar la respuesta exacta de los glaciares al calentamiento global, porque la dinámica de los glaciares está influenciada por numerosos factores además del clima, aún cuando la temperatura y la nubosidad sean los factores dominantes de control. De acuerdo al tamaño, exposición y altitud de los glaciares, se deben esperar diferentes tiempos de respuesta para los mismos forzamientos climáticos."
Eso ppdría explicar por qué hay varios glaciares Suizos que están avanzando, aún cuando Suiza ha experimentado una década de inviernos moderados, veranos calientes y menos lluvias [3]
Otros científicos están de acuerdo en que no es adecuado buscar en los glaciares evidencia del cambio climático. El glaciólogo del Instituto de Geofísica de la Universidad de Alaska, Keith Echelmeyer, dice que "Probar el caso de que los glaciares están retrocediendo, y que el problema es el calentamiento global, es algo muy difícil de hacer... la Física es demasiado compleja. Hay mucho más involucrado allí que sólo la respuesta al clima." Echelmeyer hace notar que en Alaska hay un gran número de glaciares que avanzan en las mismas áreas en que otros están retrocediendo.[4]
El Dr. Richard Alley, de la Pennsylvania State University está de acuerdo en que la respuesta de los glaciares a las temperaturas globales pueden ser difíciles de predecir. "Algunas veces los glaciares hacen cosas extrañas," observa Alley, "Ellos fluyen rápido, luego se frenan ... Uno podría darles características humanas y decir que tienen un pensamiento propio."
El ex vicepresidente Al Gore habría hecho bien en recordar este punto antes de haber dado una conferencia de prensa en 1997 anunciando que el retroceso de más 100 años del Glaciar Grinnel, en el Parque Nacional de Glaciares de Montana había sido causado por el calentamiento global.
El tamaño parece ser uno de los determinantes más significativos del tiempo de respuesta de los glaciares al cambio climático. Básicamente, mientras más grande sea el glaciar, mayor es el tiempo que llevará para ser afectado por el cambio de clima. Por ejemplo, a una capa de hielo Polar le llevaría de 10.000 a 100.000 años responder a cualquier calentamiento global que ocurriese ahora. A un gran glaciar de montaña le llevaría entre 1.000 y 10.000 años responder al calentamiento actual, mientras que a un pequeño glaciar de montaña le llevaría entre 100 a 1.000 años responder al cambio.[5] Así, la explicación para el actual retroceso de algunos glaciares es que responden al calentamiento natural que ocurrió, ya sea durante el Período Cálido Medieval del siglo 11, o a un período aun más cálido que ocurrió hace 6.000 años.
Los proponentes de la teoría del calentamiento global apuntan al retroceso de los glaciares en las latitudes medias del planeta - áreas donde se ubican los Estados Unidos, Europa, Sudamérica y África - como evidencia del calentamiento inducido por el hombre. Como se ha mencionado más arriba, estos glaciares en latitudes medias no pueden usarse como indicadores confiables del cambio climático global, ya que están afectados por una compleja mezcla de fenómenos locales y regionales. Al enfocar demasiada atención sobre estos glaciares, sin embargo, se tiene la nítida impresión de que los proponentes del calentamiento global están eligiendo de manera deliberada algunos glaciares para analizar y apoyar su tesis de que el calentamiento global ya está en camino, mientras que ignoran a los demás glaciares que no apoyan su teoría.
Por ejemplo, en mayo de 1998, los científicos de la Universidad de Colorado en Boulder, publicaron un estudio intentando mostrar que los glaciares están en largo retroceso debido al calentamiento global. De acuerdo a uno de los autores del estudio, profesor Mark Meier, "En el último siglo, hubo una significativa disminución en el área y volumen de los glaciares, especialmente en las latitudes medias y bajas... la desaparición del hielo de los glaciares es más pronunciada de lo que habíamos pensado previamente." Para apoyar esta afirmación, Meier hizo notar que el Monte Kenya de África había perdido 92% de su masa en los últimos 100 años, mientras que los glaciares de España habían disminuido en número de 27 en 1980 a sólo 13 en 1999.[5]
A causa de que los glaciares responden a una variedad de fenómenos, y que los glaciares de las regiones cálidas tienden a ser más susceptibles a esos fenómenos, no es correcto apuntar a una pérdida del volumen del hielo en los vulnerables glaciares de latitudes medias, para sacar conclusiones ambiciosas acerca de un supuesto calentamiento en todo el mundo.
Más importante, cualquier derretimiento de los glaciares en latitudes medias que haya ocurrido ha tenido poco efecto sobre los niveles del mar. Esto es porque los glaciares de latitudes medias representan apenas el 6% de la masa total de hielo, mientras que la Antártida y Groenlandia representan el otro 94% de la masa de hielo. Como hasta el mismo estudio de la Universidad de Colorado lo hace notar, no existe ninguna evidencia de que las capas de hielo de la Antártida y de Groenlandia se estén derritiendo.
Sin embargo, el estudio sugirió que el presunto derretimiento del hielo de latitudes medias era suficiente para causar un aumento de los niveles del mar porque el agua de los glaciares de latitudes medias "sería reciclada más rápidamente" que el agua de los glaciares polares.[7]
Esta conclusión es sospechosa, sin embargo, dado que algunos de los glaciares de las latitudes medias están avanzando, y los glaciares actualmente en retroceso podrían muy fácilmente comenzar a avanzar otra vez. El hecho de que los glaciares de latitudes medias no estén retrocediendo de manera uniforme, acoplado al hecho de que representan solamente el 6% del hielo mundial, argumenta muy fuertemente en contra la afirmación de que estos glaciares están contribuyendo al ascenso del nivel de los mares. Si es que habrá un gran aumento del nivel del mar, tendrá que venir del derretimiento de las capas de hielos de la Antártida y de Groenlandia.
La Antártida Aunque el estudio de Colorado no alegaba que las capas de hielo de la Antártida estaban en retroceso, otros proponentes del calentamiento global han hecho tales afirmaciones. Esto es comprensible desde su perspectiva, dado que un teórico derretimeitno de los casquetes de hielo polares tiene el potencial de aterrar al público y hacerlo apoyar una gran reducción de las emisiones de gases de invernadero.
De acuerdo al Estudio de la Capa de Hielo Antártico Occidental, un proyecto de la Fundación Nacional de Ciencia, si se derritiese todo el hielo del mundo, el nivel del mar subiría 70,5 metros[8] NOVA, el programa de ciencias de la Corporación de Emisiones Públicas, estima que el derretimiento de sólo la capa de hielo de la Antártida aumentará el nivel del mar en 56 metros. 21 metros de este ascenso serían causados por el derretimiento de la Capa de Hielo Oriental de la Antártida, mientras que sólo 5,10 metros lo causaría el derretimiento de la Capa Occidental. Pero la Capa Oriental es considerada estable y no amenazada por el calentamiento porque descansa sobre tierra firme por encima del nivel del mar, haciendo muy poco probable ningún significativo aumento del nivel de los océanos.[9]
Sin embargo, la Capa de Hielo Occidental ha atraído la atención de los proponentes de la teoría del calentamiento global porque descansa casi toda por debajo del nivel del mar, donde supuestamente es más sensible a cualquier calentamiento global que pudiese ocurrir.[10] El balance de la evidencia científica sugiere que la Capa Occidental tampoco se está derritiendo.
Para comenzar, la Antártida es extremedamante fría, con una temperatura máxima promedio de apenas 48,88º C. Aún cuando la temperatura de la Antártida subiese unos pocos grados, no serían suficientes para derretir los glaciares ya que las temperaturas estarían todavía muy por debajo (66º C) del punto de congelamiento. Los últimos MCG predicen un calentamiento de apenas 0,5 - 1,6º C para el año 2100, dejando todavía a la Antártida teriblemente fría. Además, la capa de hielo de la Antártida es muy grande, y por ello llevará mucho tiempo para que responda al calentamiento. Por ejemplo, le llevaría a la Capa de Hielo Occidental unos 50.000 años en reaccionar ante cualquier calentamiento que ocurriese hoy, de modo que el mundo no está en un inminente peligro de una inundación catastrófica.[11]
Entonces, ¿qué dice la evidencia científica acerca de alguna disminución de la Antártida inducida por el hombre?
En diciembre de 1998, un equipo internacional de científicos anunció que después de analizar cinco años de mediciones satelitales de radar, llegaron a la conclusión de que la Capa de Hielo Occidental de la Antártida no se está derritiendo con rapidez. Los científicos determinaron que la Capa Occidental había estado estable durante los últimos 100 años - precisamente cuando la teoría del calentamiento global iniste en que el calentamiento inducido por el hombre debería estar provocando el retroceso de los glaciares. El Dr. C.K. Shum, profesor de la Universidad Estatal de Ohio que participó del estudio, dijo que mientras el equipo suponía que el calentamiento global estaba en marcha, no habían encontrado evidencia de que este presunto calentamiento estuviese afectando a la cobertura de hielo de la Antártida.[12]
En octubre de 1998, el British Antarctic Survey también anunció que no había hallado evidencia del calentamiento global en el continente helado. El estudio notó que había hallado de 1,6 a 2,0º C de calentamiento en la Península Antártica en los últimos 50 años, pero que no había ninguna evidencia de que este calentamiento localizado fuese el resultado de un calentamiento global. Los científicos creían que era más posible que el origen del calentamiento "se podría encontrar en algunos mecanismos regionales."
El Survey también analizó el comportamiento de dos grandes balcones de hielo, el Ross y el Filchner-Ronne, para descubrir algún retroceso. Nuevamente, el estudio llegó a la conclusión de que "ya no está más claro que el pequeño calentamiento que está pronosticado, como resultado de las emisiones antropogénicas de gases de invernadero, puedan causar algún retroceso" de esos balcones de hielo. En la más vulnerable Capa de hielo Occidental, los científicos también concluyeron que "la visión dramática de un rápido colapso de la Capa de Hielo Occidental de la Antártida, como resultado del calentamiento atmosférico, se hace cada vez menos aceptable."[13]
El Antarctic Cooperative Research Centre, una unión científica entre la División Antártica Australiana, la Oficina de Meteorología, la Organización de Prospección Geológica Australiana, y la Universidad de Tasmania, publicó una "declaración de posición" en abril de 1997 anunciando que es "muy poco probable" que la cobertura de hielo de la Antártida se pudiese derretir lo suficiente como para causar una significativo aumento del nivel del mar. Más interesante todavía, el informe declaraba que durante los próximos dos o tres siglos, "es probable que mayores nevadas sobre la Antártida" compensarán cualquier pérdida de hielo debida a aguas más cálidas de los océanos - haciendo que la cobertura de hielo de la Antártida se expanda.[14]
La perspectiva de que la capa de hielo de la Antártida se esté expandiendo también fue notada por el British Antarctic Survey. Los científicos Británicos llegaron a la conclusión de que es posible que la expansión de la Antártida esté compensando un aumento del nivel del mar.[15] En efecto, muchos otros científicos han llegado a la conclusión de que, aún si el mundo continúa calentándose, ya sea de manera natural o inducido por el hombre, la capa de hielo de la Antártida continuará creciendo porque el calentamiento aumenta la cantidad de precipitaciones que conducen a un aumento de las nevadas en las regiones polares.
Realmente, parece que históricamente los glaciares de la Antártida se han expandido durante los períodos cálidos. Un estudio por E.W. Domack, A.J.T. Jull y S. Nakao sobre la historia de las expansiones glaciales en la Antártida, encontró que durante los últimos 10.000 años muchos glaciares se expandieron durante condiciones del clima que eran más calientes que ahora.
Este hecho incómodo no ha escapado a la atención de los ecologistas, algunos de los cuales están ahora argumentando que la expansión de los glaciares apoya a la teoría del calentamiento global. La Base de Datos de Impactos Climáticos de Greenpeace cita ahora al estudio de Domack en un esfuerzo de ligar la expansión del hielo Antártico con el calentamiento global inducido por el hombre. El sumario del estudio hace notar que "la nueva información sugiere fuertemente que la respuesta de la Antártida al futuro calentamiento será un aumento de balance de masas."[16] Por supuesto, ahora ellos no pueden clamar que el nivel del mar está aumentando ya que la expansión de los hielos de la Antártida reduce los niveles del mar. A pesar de todo, los grupos ecologistas siguen haciendo reclamos contradictorios sobre el aumento Apocalíptico del nivel de los mares en su afán de mobilizar a la opinión pública para detener la emisión de gases de invernadero.
Groenlandia Lo mismo que la Antártida, la capa de hielo de Groenlandia no muestra señales de retroceso debido al presunto calentamiento global. Los registros muestran que la región del Ártico donde está ubicada Groenlandia se está enfriando, a pesar del hecho que, bajo los modelos del calentamiento global, deberia ser la primera región del planeta en mostrar significantes aumentos de temperatura. Según estos modelos, las regiones polares se deberían de haber calentado entre 1º C y 3º C desde 1940. Pero entre 1955 y 1990, el Ártico se enfrió 0,6º C y los glaciares de Groenlandia en realidad se expandieron. De acuerdo a la publicación científica Geophysical Research Letters, la Capa de Hielo Occidental de Groenlandia, la mayor masa de hielo polar en el Hemisferio Norte, se ha engrosado en más de 2,10 metros desde 1980.[17]
Además, algunos científicos creen que la circulación atmosférica, no la temperatura, ha sido la mayor influencia en la acumulación de nieve y hielo en la Groenlandia Central durante los últimos 18.000 años. En un artículo aparecido en Nature en 19095, los autores explicaron que los cambios en la maner en que las tormentas se nueven a lo largo de la isla juegan el rol clave en la manera en que los glaciares aumentan o retroceden.[18]
Conclusión No hay ninguna indicación de que los glaciares del mundo se estén derritiendo de manera significativa debido al calentamiento global y, por ello, hay muy poco que temer por el ascenso del nivel de los mares en las próximas décadas. Los proponentes de la teoría del calentamiento global han sido irresponsables al intentar usar a los glaciares como barómetros de las temperaturas globales, ya que los glaciares responden a un rango de fenómenos naturales que nada tienen que ver con los cambios globales de la temperatura. Además, el avance de los glaciares de la Antártida y de Groenlandia, que contienen más del 90% del hielo de la Tierra, contradice de manera total las predicciones previas de que el calentamiento haría que los glaciares retrocedieran. Lejos de haber provisto evidencia del calentamiento global, el comportamiento de los glaciares representa una nueva y poderosa refutación a la ya muy controvertida teoría del calentamiento global.
John K. Carlisle es director del National Center for Public Policy Research's Environmental Policy Task Force.
Notas
- Dr. Martin Beniston, "Cambio Climático y sus Consecuencias para Regiones Montañosas," Instituto de Geografía, Universidad de Friburgo, Suiza, 1996.
- "Hansen de NASA's se Desdice en el Calentamiento," Electricity Daily, Noviembre 19, 1998.
- Beniston.
- "La Defensa de Gore del Turismo de Glaciares Trivializa al Debate del Calentamiento Global," parte de prensa, Science and Environmental Policy Project, Septiembre 2, 1997.
- "¿Cómo manejan los glaciares el cambio ambiental?" artículo bajado de internet, enero 21, 1999 del sitio web GLACIER de la National Science Foundation at http://www.glacier.rice.edu/land/5_glaciersandtheir2.html.
- "Los Glaciares del Mundo Siguen Encogiéndose," parte de prensa, Universidad de Colorado en Boulder, Mayo 26, 1998.
- Ibid.
- "¿Qué es la Capa de Hielo Occidental de la Antártida?," artículo en internet, enero 19, 1999 del sitio web GLACIER de la National Science Foundation.
- "Mundo de Agua," NOVA Online, Advertencias del Hielo, en internet, enero 19, 1999 en http://www.pbs.org/wgbh/nova/warnings/waterworld/.
- "¿Qué es la Capa de Hielo Occidental de la Antártida?," artículo en internet, enero 19, 1999 del sitio web GLACIER de la National Science Foundation en: http://www.glaciers.rice.edu/misc.whatisglacier.html.
- Ibid.
- "La Capa de Hielo Occidental de la Antártida No Está en Peligro," Environmental News Network, December 1, 1998.
- "Antártida: Cambio Climático y Nivel del Mar," División Hielo y Clima, British Antarctic Survey, Cambridge, G.B., Octubre 1998.
- "Cambio Global, Antártida y Nivel del Mar," Declaración de Posición, Antarctic Research Centre, Abril 1997.
- "Antártida: Cambio Climático y Nivel del Mar," División Hielo y Clima, British Antarctic Survey, Cambridge, G.B., Octubre 1998.
- Avance de Glaciares de Salida del oriente de la Antártida, durante el Hypsitérmico," E.W. Domack, A.J.T. Jull y S. Nakao, Resumen, bajado de internet en enero 6, 1999 de la Base de Datos de Impactos Climáticos de Greenpeace (Climate Impacts Database), http://193.67.176.1/~climate/database/records/zgpz0774.html.
- Patrick Michaels, "Post Fans Administration's Pre-Kyoto Fires," World Climate Report, Diciembre 13, 1997.
- "Dominante Influencia de de la Circulación Atmosférica en la Acumulación de Nieve en Groenlandia durante los Pasados 18,000 años," W.R. Kapsner et. al., Resumen en internet, enero 21, 1999 del sitio web Global Change Research Information Office en http://www.gcrio.org/.
Extractado y traducido del sitio:
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