Volver a la página Calentamiento Volver a la página ArtículosCombinación Nociva: Miopía Científica, Desinformación y Temores Infundados La desinformación, la miopía científica - nacida de la ignorancia y de los intereses creados - y los temores infundados sobre imaginarias catástrofes ambientales que se cernirían sobre la humanidad, hacen una combinación explosiva, de altísima nocividad. Un ejemplo maravilloso de ello es un artículo escrito por un señor llamado Jacobo Quintanilla, de la Agencia de Información Solidaria, con portal web en Portaldemedioambiente.com, publicado en el sitio web de Estrucplan, un excelente sitio que permite la colaboración de los lectores, cualquiera sea su postura medioambiental/ecológica.
Análsis de un ejemplo de estas calamidades modernas
por Eduardo Ferreyra
Leonardo Da Vinci decía: "Cuando Se Grita No hay Verdadero Conocimiento", en una época en que los libros eran pocos y las discusiones se hacían cara a cara. Eran épocas en las que la "corrección política" se llamaba "Inquisición", y los "incorrectos" - los escépticos de hoy - eran quemados en la hoguera. Los que lograban salvarse, lo hacían abdicando de sus ideas, pero murmurando "Eppur si muove". Giordano Bruno no tuvo esa suerte. Leonardo no imaginaba que, para demostrar que no hay verdadero conocimiento ya no es necesario gritar, apenas si es necesario tener acceso a los medios de comunicación como la TV, revistas y diarios. Ahora se les llama "partes de Prensa".
Los científicos escépticos de hoy no son enviados a la hoguera aunque a muchos de los Profetas del Apocalipsis de hoy les encantaría un retorno a las viejas épocas de Galileo. En ves de ello, se les aplica el Cono del Silencio, práctica que consiste en no publicar sus trabajos, no darles lugar en la prensa, ni cámaras de televisión ante las que puedan tener la oportunidad de explicar los verdaderos hechos científicos comprobados. Ello conspira contra el negocio del temor y la indefensión en que éste sume a la gente y a los políticos ignorantes, para conseguir imponer una agenda geopolítica que reditúa excelentes beneficios económicos. Es lo que se ha dado en llamar el "Eco-business" o Eco-negocio.
La falta de información precisa no nos permite determinar en cuál categoría habría que incluir al señor Quintanilla, si en la de ingenuo desinformado, o en la de desinformador encallecido, de manera que sólo analizaremos sus dichos en el artículo de Estrucplan, y los lectores sacarán las conclusiones que consideren apropiadas. Para facilitar la comprensión, hemos citado textualmente al artículo en color azul, y los comentarios al mismo en el tradicional color negro.
El artículo se titula "El Negocio del Cambio Climático", por lo cual nos llamó la atención (ya que consideramos que el tema del cambio climático y el calentamiento global es un negocio tremendo), y creímos que se nos revelarían algunas verdades que podríamos desconocer. ¡Vana esperanza! El asunto era al revés. Sino, vean ustedes las "verdades" de las que nos venimos a enterar:
"No podemos ser optimistas sino cuidadosos", afirmaba Paul Crutzen, premio Nobel de Química 1995, cuando la comunidad internacional prohibía el uso de los CFC, causantes de la destrucción de la capa de ozono que nos protege de las radiaciones ultravioletas, que pueden ocasionar distintos tipos de cáncer de piel y daños irreparables en la vida terrestre y acuática.
Vamos, vamos. Tenemos que ponernos de acuerdo de una buena vez: el infame agujero de ozono, ¿Está creciendo a velocidad pasmosa, o se estuvo achicando? De acuerdo a todas las noticias con que nos han bombardeado desde hace cinco años, gracias al bendito Protocolo de Montreal y su prohibición de los gases CFC, la capa de ozono se estaba recuperando, y ello era la comprobación final de que los Protocolos propuestos por el ecologismo internacional eran algo que había que firmar, ratificar y poner en práctica a ojos cerrados.
Hoy, el agujero de la capa de ozono ostenta el dudoso récord de ser tan grande como en el año 2000, cuando, según la NASA, llegó a tener una superficie de más de 28 millones de kilómetros cuadrados, tres veces Australia o Estados Unidos incluida Alaska. Según las medidas tomadas sobre la Antártida, el agujero está creciendo ahora más rápidamente que en los últimos años, cuando paradójicamente el año pasado fue el más pequeño en toda una década.
Nos obliga esto a mencionar que el autor de esas afirmaciones parece ignorar que según TODAS las mediciones de la capa de ozono en TODO el mundo (fuera del vórtice polar de la Antártida, y una mínima región sobre el Polo Norte), jamás se registró ninguna variación en los niveles de ozono - que no fuesen las variaciones estacionales, mensuales, semanales, diarias, y de hora en hora, que se sabe sin sombra de duda que son absolutamente normales.Especialistas en meteorología y expertos de la NASA se han visto sorprendidos por el contrasentido de que, pese a disminuir el uso de los CFC, prohibidos por el Protocolo de Montreal en 1987, el agujero en la capa de ozono detectado en la Antártida sea el mayor registrado hasta ahora.
Bien. Entramos aquí en la llamada Miopía Científica. Los "expertos" de la NASA y "especialistas" en meteorología han determinado, y así se han cansado de decírnoslo, que los CFC de la atmósfera han disminuido de manera notable - gracias al Protocolo de Montreal. Entonces, ¿Cómo es que no ven que, si el agujero era el año pasado el más chico de la historia, y el de hoy el más grande, los CFC no tienen ni tuvieron nada que ver con la disminución del ozono sobre el Polo Sur? No hay peor ciego que el sordo - perdón, me rectifico: que el que no quiere ver. Los "expertos de la NASA no quieren ver nada de lo contenido en la siguiente lista:
- Que, según los postulados de la fase gaseosa de la Química, los átomos de cloro no actúan sobre las moléculas de ozono en la estratósfera, sino que sólo lo pueden hacer sobre la superficie sólida de cristales de gases helados, hielo, o polvillo atmosférico (bastante escaso en la estratósfera). Esa es la razón por la que no se observa una reducción de ozono fuera de la Antártida. (Bien! por los "expertos" de la NASA)
- Los CFC son más de 4,5 veces más pesados que el aire, de manera que la ínfima cantidad de moléculas de CFC que se han registrado en la estratósfera (entre 0,1 ppm a 0,001 ppmm - partes por millón y partes por mil millones, respectivamente [1, 2] ), fueron llevadas hasta allí por las fuerzas de los tornados, y erupciones volcánicas explosivas, como lo hacen con las cenizas de sus erupciones.
[1] P. Fabian, R. Borders, S.A. Penkett, et al. 1981. "Halocarbons in the Stratosphere." Nature, (Dec. 24), pp. 733-735.
[2] P. Fabian, R. Borders, G. Gömer, et al. 1984. The Vertical Distribution of Halocarbons in the Stratosphere. Atmospheric Ozone, Publicación del Simposio Cuatrienal del Ozono, Sept. 1984.
- Esa casi imposible de medir cantidad de CFC no llega hasta la región de la alta estratósfera en donde se encuentran los enérgicos rayos ultravioleta C (UV-C), de longitud de onda inferior a los 290 nanómetros, que tienen la energía necesaria para disociar a las muy estables moléculas de CFC. Por debajo de los 40 km de altura es escasa la cantidad de UV-C, y los CFC hallados a mayor altura fueron registrados hasta los 35 km. Es sabido que la radiación UV-B, no tiene la energía necesaria para disociar a los CFC, como tampoco lo hace con el oxígeno y el nitrógeno. Estos dos gases han consumido casi toda la energía de los fotones de la banda del UV-C que ingresan a la atmósfera (formándose así el ozono) y continúan quitando energía a la radiación UV-B a medida que esta se dirige hacia la superficie.
- Los científicos serios (además de los "expertos" de la NASA) se han cansado de decirnos que la existencia del ozono es nula por debajo de los 15 kilómetros de altura. También nos dicen los científicos que en la cumbre de las altas montañas la cantidad de radiación UV-B es muy grande y que tenemos que tomar todas las precauciones para no sufrir graves quemaduras en la piel, y usar antiparras muy oscuras para no quedarnos ciegos en poco tiempo. Bien, todos los que fuimos a esquiar, o a escalar el Aconcagua alguna vez, lo sabemos por experiencia propia y nadie lo pone en duda. Entonces, si no hay ozono por debajo de los 15 km de altura, ¿Quién diablos filtra a los rayos UV-B desde los 7.000 metros para abajo? Para los "expertos" de la NASA esto es un misterio. Para los científicos normales, es el oxígeno y el nitrógeno. ¿Quién otro?
Este curioso fenómeno se debe, según ha explicado la Organización Mundial de Meteorología, "a cambios anuales de las condiciones meteorológicas en la baja estratosfera sobre la Antártida, más que a cambios en la cantidad de compuestos químicos que destruyen la capa de ozono".
Bueno, bueno... Parece que los meteorólogos reconocen ahora algo que los físicos atmosfércos han tratado (infructuosamente, por cierto) de que alguien les escuche. Esto es algo que el descubridor del "agujero de ozono", George Dobson ya explicó en la década del 60, y acertadamente dio la explicación sobre los fenómenos atmosféricos involucrados. Parece que ni el autor del artículo ni los "expertos" de la NASA han leído los trabajos de Dobson, a pesar de que las unidades para medir la concentración de ozono en esa región de la estratósfera lleva su nombre. Además, sea anatema!, se les ha escapado el tema de la posibilidad de que los gases de la atmósfera no sean los malvados culpables de la destrucción del ozono! (Alguien va a perder su puesto por este error imperdonable).
Los meteorólogos sostienen que además de los factores climáticos que han agravado este año el problema, (como la mayor formación de un tipo de nubes polares que aceleran el proceso destructivo), los aumentos en el dióxido de carbono en la atmósfera, como sostiene Mike Newchurch, científico del departamento de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Alabama, pueden crear el mismo efecto que estas nubes polares.
Esta gente se está haciendo un lío espantoso tratando de explicar algo para lo que no tienen explicación (en lugar de decir simplemente: "perdón, nos equivocamos"), y al mismo tiempo no dejar que el mito se les venga al suelo. Recurren entonces a otro "canalla de la ecología": el dióxido de carbono, lo que les permite hacer que este "canalla" lo sea más todavía, y así pueden seguir empujando el carrito del "calentamiento global", en una cuesta que cada vez se les hace más empinada. Nuevamente se les ha escapado otro "sea anatema!": mencionan el hecho de que las nubes polares "aceleran el proceso destructivo", reconociendo que los químicos "dinamicistas" tenían razón, después de todo, cuando decían que sólo sobre la superficie sólida de los cristales de las nubes polares el cloro podía actuar sobre el ozono. El dióxido de carbono es un gas, por lo tanto no ofrece "superficie sólida" para que el cloro actúe sobre el ozono. Blooper, blooper!Pero debido a la persistencia de esos compuestos en el aire, los expertos calculan que la recuperación completa de la capa de ozono tardará décadas. "En 50 años el agujero de ozono va a desaparecer, aunque puede ocurrir que por procesos adicionales de la estratosfera haya una demora", sostiene el Nobel Paul Crutzen.
Paren paren! Un momento, por favor. ¿Cómo puede Crutzen afirmar con tanta soltura de cuerpo que el agujero de ozono desaparecerá en 50 años, si el año pasado era pequeñito y este año es el más grande nunca registrado? Vamos, Crutzen, un poco de seriedad! Hace muchos años que nos hemos dejado de chupar el dedo... (por lo menos nosotros, los escépticos con destino de hoguera).Richard McPeters, investigador de la NASA, asegura que la paradoja de que años después de que los CFC hayan sido prohibidos se siga incrementando el agujero de ozono, se debe al lento proceso que convierte al CFC en destructivo y, por lo tanto, al lento proceso que lo hará desaparecer. "Los CFC necesitan mucho tiempo para llegar a la atmósfera, por lo tanto van a necesitar mucho tiempo para ser eliminados", concluye McPeters.
Bueno, por fin tenemos el nombre de uno de los "expertos" de la NASA. Esta gente debería ponerse de acuerdo entre ellos para no decir algo que derribe los muros que otros "expertos" del grupo verde han levantado con tanto trabajo. Se nos ha cansado con la letanía de que apenas los CFC llegan a la estratósfera son descompuestos de inmediato - paf ! - por los rayos UV (aunque jamás nos dijeron si son los UV-C o los UV-B, porque no es cuestión de meterse en honduras...). ¿Cómo pueden hacer una afirmación de tal naturaleza?, si jamás han podido comprobar en nigún laboratorio si el mito del "ciclo catalítico del cloro" tiene siquiera asidero científico.
No lo saben, sólo lo suponen - pura imaginación!. En cuanto a la eliminación de los CFC ya se ha comprobado que son eliminados en la superficie de la Tierra (donde por su peso específico es el lugar en donde se los encuentra con más abundancia), por bacterias que se encuentran en el suelo, en los pantanos y los humedales. [3] Vamos, señores, lean los estudios científicos antes de largarse a hablar con tanta liviandad! Y en base a estas imaginaciones frondosas y calenturientas, se han prohibido compuestos químicos de una utilidad enorme para la humanidad - y se han ganado un Premio Nobel de Quimica que finalmente desenmascaró a la intencionalidad política que siempre han tenido los Premios Nobel de la Paz, Literatura y Economía. Esa vez se le sumó la Química. Pobre Alfredo Nobel, si pudiese ver en lo que se ha convertido su intención de premiar a quienes hubiesen hecho "durante el año anterior, un adelanto científico que fuese de utilidad para la industria."
[3] Anna Marie Wuosmaa y Lowell P. Hager, 1990. "Methyl Chloride Transferase: A Carbocation Route for Biosynthesis of Halometabolites." Science, vol. 249 (July 13), pp.160-162Hemos conocido estos días, durante la Cumbre sobre Cambio Climático de Moscú, que Rusia, responsable del 17% de las emisiones de dióxido de carbono (responsable igualmente del cambio climático), piensa seguir los pasos de Australia y Estados Unidos (el país más contaminante del mundo con un 36% de las emisiones), y de momento va a aplazar la firma que había comprometido para apoyar el Protocolo de Kioto de 1997.
La desinformación (o la ignorancia, o la mentira?) continúan gozando de excelente salud. Se ha repetido hasta el hartazgo, que la primera persona en el mundo que se dio cuenta que los niveles de ozono disminuían en la Antártida a niveles extraordinariamente bajos fue George Dobson, durante su expedición científica a la Antártida en 1956, el famosos "Año Geofísico Internacional". Cuando comprobó que las bajas mediciones no se debían a un error o a mala calibración de sus instrumentos, llamó al fenómeno la "Anomalía del Sur". Sobre todo porque sus observaciones fueron corroboradas por las mediciones hechas por los científicos de la base Francesa Dumont D'Urville, al otro lado de la Antártida, por lo que se dio cuenta que era un fenómeno regional y no local.
"Somos un país nórdico, y un recalentamiento de dos o tres grados puede que hasta nos venga bien", espetó un socarrón Putin durante la Cumbre. El gran problema, además del "meramente" medioambiental, es que Rusia tiene la llave para desbloquear Kioto, que no entrará en vigor hasta que los estados adscritos sumen un 55% de las emisiones totales del planeta. De ahí esta "sintonía contaminante" de Bush y Putin a finales de septiembre en Camp David. La suma de las emisiones de ambos países desbloquearía matemáticamente Kioto, hecho que pretende aprovechar Rusia para obtener contrapartidas económicas de los países que defienden el acuerdo.
"Sería excelente si todos los países del mundo aúnan fuerzas en relación a los gases invernadero", ha afirmado Jonathan Shanklin, uno los primeros científicos que descubrió el agujero en la capa de ozono en 1985. "El descubrimiento del agujero en la capa de ozono demostró que podemos cambiar nuestra atmósfera muy fácilmente. Fue una gran sorpresa. Y podría haber más sorpresas guardadas para nosotros".
Todo el mundo lo sabía, pero el mito comenzó a crecer cuando el frenesí de los CFC había alcanzado los niveles suficientes como para que se hiciese necesario asustar a a gente y a los políticos, para lograr imponer un insólito tratado internacional que prohibiese a los CFC. Así comenzó el increíble mito de que el agujero fue "descubierto" por los investigadores británicos del British Antarctic Survey en 1985. Cuando los científicos comenzaron a protestar por tamaña falsedad, se les aplicó el "cono de silencio" y se dio rienda suelta a la máxima de Joseph Goebbels: "Mentir, mentir, mentir, que algo siempre queda!" Y desde entonces, hasta el artículo que estamos comentado, la mentira no ha dejado de rodar.
El descubrimeinto del agujero de la capa de ozono en a Antártida se hizo cuando los CFC todavía no se usaban para los aerosoles ni para todas las otras aplicaciones industriales que libearban CFC al ambiente, por lo tanto no demostró nada más que había mecanismos atmosféricos que lo estaban provocando. No demostró, para nada, que podemos cambiar la atmósfera fácilmente. La sorpresa no fue tanto el descubrimiento de George Dobson, sino la asombrosa capacidad que tiene esta gente para distorsionar la verdad y mentir. La gran sorpresa sería que perdieran esa miopía científica tan característica que tienen y alguna vez dijeran las coas como realmente son.Por lo visto aún no ha sido suficiente sorpresa que en un año hayamos vivido desde desbordamientos de ríos en el centro de Europa hasta una ola de calor sin precedentes que en Francia ha matado a 11.000 personas. Para algunos países parece que resulta rentable hacer negocio con la amenaza de seguir deteriorando el clima.
En realidad, inundaciones y olas de calor hubieron siempre, por desgracia. Y nada tiene que ver con nigún calentamiento global, aunque sí con la muy natural "corriente de Chorro" o Jet Stream (vea aquí la explicación de la pasada ola de calor en Europa). Sin embargo, la ola de calor no fue tan grave como la de 1976 (en el artículo sugerido se le explica). Los muertos en Francia se deben más a varias causas que al calor por sí solo. Una muy mala política de bienestar social para la tercera edad es una de ellas. La notoria despreocupación de los Europeos por sus parientes ancianos, es otra. Los cada vez más elevados costos de la energía eléctrica y artefactos de refrigeración es otra.
Jacobo Quintanilla
Agencia de Información Solidaria
Portaldemedioambiente.com
Las consecuencias de la globalizacion comienzan a verse en economías que antes eran prósperas y que ahora comienzan a tener problemas, España, Dinamarca, Inglaterra, Alemania, Italia, en fin, ¿para qué seguir? no van a poder cumplir con las cuotas de disminución de emisiones de dióxido de carbono que el Protocolo de Kyoto les exigía. Si lo hacen, sus economías se derrumban, y con ellas el nivel de vida alcanzado por sus habitantes. Antes de haber ratificado el nefasto Protocolo, se empieza ya a comprobar lo que sucedería si estos locos irresponsables consiguen que esta irracional propuesta sea implentada con todo su vigor.