Se está convirtiendo en un ritual anual, la industria del invernadero explotando todas y cada una de las olas de calor como un presagio de futuras catástrofes, esperando que olvidemos el anterior y helado invierno. Lo mismo para la última ola de calor en Europa. Sin precedentes, exclaman unos, rompiendo récords, dicen otros. Detengan el Cambio climático, dice Greenpeace, ignorantes de lo absurdo de esa frase.
Pero, ¿son las olas de calor algo desusado para Europa? 1976 fue un año particularmente seco y cálido en Gran Bretaña, dando por resultado numerosos incendios de la vegetación. Durante anteriores olas de calor, se comprobó que muchos rieles del ferrocarril se combaban bajo la tensión del calor. Pero, ¿la ola de calor de este verano es peor que muchas otras anteriores?
En alguna forma, quizás.
Primero, Europa está muy densamente compactada con gente y crecimiento urbano. Algunas partes de Europa, incluyendo la Gran Bretaña, tienen las densidades de población más elevadas del mundo. Esto empeora el efecto de isla de calor urbano, que es particularmente pronunciado durante las noches de invierno y los días de verano despejados ya que el Sol calcina todo ese concreto y ladrillo expuesto a sus rayos.
Muchas de las ciudades del mundo, como Tokio y Atlanta, está experimentando ahora temperaturas veraniegas que bordean lo letal no a causa del "calentamiento global", sino a causa del calentamiento local a partir del de calor urbano. Por supuesto, sigue siendo un calor producido por el hombre, pero la solución no son un grandiosos Protocolos internacionales, sino un mejor manejo del ambiente urbano local. Más árboles, más parques, menos concreto, esa es la manera de enfriar una ciudad. Adelaide, en Australia, lo hizo, habiendo experimentado esa ciudad un enfriamiento sostenido durante el tiempo a causa de la manera en que estuvo manejando su ambiente durante décadas.
Segundo, el incremento del tráfico en las ciudades se ha congestionado tanto que los vehículos están quemando litros y litros de combustible, a veces sin ir a ningún lado debido a los embotellamientos. Esto da por resultado una clase de polución sumamente molesta ozono a nivel del suelo. No el tipo amigable en la estratosfera que nos protege de los rayos UV del Sol, sino ozono en el mismo aire que respiramos. Es tóxico, pero es también otra cosa: el ozono es un gas de invernadero, uno particularmente poderoso ya que absorbe la radiación calórica de la Tierra en la misma longitud de onda a que pasa directamente al espacio. En un ambiente urbano, esto quiere decir que toda la radiación calórica de todo el cemento no puede escapar directamente al espacio, sino que redirigido nuevamente a tierra, calentando las ciudad aún más.
Es el efecto invernadero, si señores, pero no el del dióxido de carbono del que hemos estado escuchando hablar. En vez de ello, es un efecto invernadero urbano local asentado sobre todas las ciudades como una gruesa manta nocturna en las calientes noches de verano. No sorprende que las ciudades se calienten. Pero vaya al campo y lo encontrará caliente, por cierto, pero no "rompiendo récords" de calor, no caliente por el "cambio climático", simplemente el viejo y usual calor de verano de cuando éramos niños.
Mejores sistemas de transporte en las ciudades ayudarían mucho a moderar esta clase de polución, como lo haría también un diseño mejorado de los vehículos. No es un accidente de la Naturaleza que los días Domingo siempre parezcan más frescos en la ciudad que los días laborales. Los Domingos son días de poco tráfico.
El diario Guardian de Inglaterra declaró esta lógica absurda: "El Clima Debe Cambiar" (6 de Agosto 2003), pero en una pagina anterior muestra un recuerdo del último invierno un espléndido conjunto de fotos de nieve. ¡Cómo se desvanece la memoria! Aquí, en Australia, es nuestra estación invernal austral, y nuestros campos de nieve están gozando de una estación de stickers de paragolpes.
Una ola de calor que rompe récords en una ciudad no prueba nada. Puede ser enfriada, como lo hizo Adelaide, por medio de una mejor manejo de su ambiente, La "Acción Global" para enfrentar al "cambio climático" no funcionará porque no puede hacerlo a causa de que la raíz del problema no es global, sino que es local.