¡Estamos Todos Condenados! 

Por (16 Febrero, 2003)

Muchos científicos en la Industria del Calentamiento niegan su participación en el masivo terror al calentamiento global que ha hecho presa de los medios de prensa del mundo (pero, extrañamente, no en el público). Ellos afirman una espléndida neutralidad, de manera que 'otros' simplemente malinterpretan lo que dicen. Entre estos 'otros' está alguien estrechamente aconsejado por esos mismos científicos, Michael Meacher, el Ministro del Ambiente de Gran Bretaña. Es el mismo hombre que algunos meses atrás pensaba que El Niño era un huracán, (y no lo es). Habló ahora en el diario Británico The Guardian resumiendo un aterrante catálogo de horrores y afirmaciones sin sustento científico, superando hasta las más extremistas declaraciones de Greenpeace, Hasta llega a presentar el lúgubre fantasma del invernadero descontrolado, algo que hasta el más militante científico del calentamiento rechaza.

Falta ver todavía si los científicos del clima que aconsejan a Meacher, tales como los del CRU y en el Centro Hadley, desaprueban públicamente lo que él dice. ¿O su silencio deberá ser interpretado como una tácita aprobación? Si permanecen callados, no sólo estarán deshonrando su profesión como científicos, sino que también estarán traicionando a los contribuyentes cuyo dinero les está financiando.

Dicho por , Viernes, Febrero 14, 2003 en The Guardian

Hay muchas cosas erradas en nuestro mundo. Pero no es tan malo como muchos piensan. Es peor. El calentamiento global está cambiando lenta pero seguramente la faz de nuestro planeta.

Estamos recién en las etapas más tempranas de este proceso, pero el dióxido de carbono en la atmósfera ya ha llegado a las 375 partes por millón, el nivel más alto en por lo menos medio millón de años. Las temperaturas se han proyectado con un aumento de hasta 5,8°C para este siglo, 10 veces el aumento de 0,6°C en el último siglo, y un 40% más que esto en algunas regiones terrestres del norte. Esto quiere decir que las temperaturas podrían subir hasta 8,1°C en algunas partes del mundo.

¿tiene esto importancia? La evidencia sugiere que sí la tiene. En China ocurren severas inundaciones una vez cada 20 años; ahora ocurren en 9 de cada 10, La cantidad de gente afectada globalmente por las inundaciones ha crecido de 7 millones en los años 60 a 150 millones ahora. En 1998 dos tercios de Bangladesh estuvo bajo el agua durante meses, afectando a 30 millones de personas. En Gran Bretaña, están en riesgo 5 millones de personas y 185.000 negocios.

Las inundaciones son nada más que el principio. La cantidad de gente en todo el mundo devastada por los huracanes ha aumentado 8 veces hasta 25 millones durante los últimos 30 años. Los océanos se están calentando rápidamente, y dado que están actualmente absorbiendo 50 veces más CO2 que lo contenido en la atmósfera, aún una pequeña reducción de la capacidad de los océanos de absorber CO2 podría provocar que la temperatura global aumente de manera significativa.

Más serio todavía, 100.000 millones de toneladas de metano (un gas de invernadero 20 veces más potente que el CO2) son almacenadas en el poco profundo suelo del Ártico, según el US Geological Survey, en sedimentos debajo del lecho marino. Si la tempertura que rodea al metano se eleva, se vuelve inestable y se libera el metano, haciendo que las temperaturas suban más todavía. Se predice que el nivel del mar se elevará 90 cm durante el próximo siglo, haciendo que extensas regiones como Bangladesh, Egipto y China sean inundadas.

No conocemos los límites de la naturaleza cuánta lluvia puede caer durante cuánto tiempo, cuánto pueden aumentar la potencia y la frecuencia delos huracanes, durante cuánto tiempo podrían durar las sequías. La principal preocupación es que si ocurriese un efecto invernadero descontrolado, las temperaturas podrían escaparse de control y volver inhabitable nuestro planeta.
Cinco veces, en los últimos 540 millones de años, hubo extinciones masivas, en un caso involucrando al 96% de las especies vivientes. Pero mientras que esto fue el resultado de impactos de asteroides o intensas glaciaciones, esta es la primera vez que una especie corre el riesgo de generar su propia desaparición.

La hipótesis Gaia de James Lovelock concibe al planeta como una activo sistema de control. Supone la existencia de realimentaciones a nivel global que, hasta ahora, han servido para mantener la superficie de la tierra habitable dentro de un rango tolerable, a despecho de cambios externos significativos, incluyendo cambios en la radiación solar. Sin embargo, con la severa actividad inducida por hombre, eso está ahora comenzando a cambiar.

Caso nos hemos convertido en nuestro propio ciclo. Existen muchos ejemplos de esta tendencia. En una escala global, nuestra productividad biológica de carbono está ahora sólo superada por el krill de los océanos. Nuestras obras de ingeniería civil mueven más suelos que los que llevan los ríos hasta el mar. Nuestras emisiones industriales eclipsan las emisiones totales de los volcanes del mundo. Estamos causando pérdidas de especies a la escala de algunas de las extinciones naturales de la paleohistoria.

Enfrentamos una transformación de nuestro mundo y sus ecosistemas a una tasa exponencial, y arrastradas sin precedentes- no por fuerzas naturales, sino por la actividad de la especie dominante. El cambio climático es sólo el ejemplo más dramático. En momentos en que los científicos dicen que tendríamos que estar reduciendo nuestras emisiones de CO2 en un 60% para estabilizar y revertir la calentamiento global, se proyecta que para el 2020 aumentarán un 75% sobre lo niveles de 1990.

Los dinosaurios dominaron la tierra durante 160 millones de años. Estamos en peligro de arriesgar nuestro futuro después apenas un cuarto de millón de años. La fuerza de la Tesis Gaia nunca ha sido más aparente. Cuando una infección ajena invade al cuerpo, el cuerpo desarrolla una fiebre para concentrar toda su energía para eliminar al organismo extraño. En la mayoría de los casos triunfa, y el cuerpo se recupera. Pero cuando no lo hace, el cuerpo muere.

La lección es que si continuamos con nuestras actividades que destruyen al ambiente y socavan las condiciones para nuestra supervivencia, nosotros somos los virus. El mayor de los retos que hemos enfrentado jamás será hacer los cambios necesarios para evitar ese destino.

Se ha informado que Michael Meacher es propietario de cinco casas y automóviles Jaguar, y sin embargo él dice que nosotros somos el virus. Está muy claro que ni él mismo cree en su propia retórica.

Comentario de FAEC: Y pensar que este oligofrénico funcional maneja la política ambiental del gobierno Británico...



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