Estas fotos fueron tomadas después de las 5 de la tarde del 25 de abril del 2002, después de que la mayoría del "staff" en el NCAR había dejado su trabajo para volver a casa. Este es el lugar de trabajo de muchos prominentes científicos y promotores del invernadero, incluyendo a Tom Wigley, y Kevin Trenberth, todos viviendo y trabajando en espléndido aislamiento, por encima de las preocupaciones mundanas de la ciudad de Boulder, bien lejos de ellos.
(en 1999, Tom Wigley, fue el autor del estudio titulado `La Ciencia del Cambio Climático' publicado por el Pew Center on Global Climate Change, (Centro Pew sobre el Cambio Climático) una rica organización ecologista, y lo hizo desde su posición en el NCAR. En efecto, él asoció directamente al NCAR con el movimiento ecologista.)
Con el NCAR dominando esta dehesa de montaña encima de Boulder, quizás siendo su dueño, los comentarios del alcalde de Boulder acerca de las dehesas, sugiere que el NCAR puede ser la la influencia clave por detrás de la participación en el litigio. Hay muchas instituciones del gobierno en Boulder, pero sólo el NCAR está directamente relacionado con la investigación del clima, el tema crucial de este litigio.
La pregunta es, entonces - ¿hasta que punto ha influido el NCAR a la ciudad de Boulder para que se una a una demanda contra su propio empleador - el gobierno de los Estados Unidos? Es un asunto que podría muy bien emerger durante las audiencias en la corte.
Las Falsas 'Víctimas' de la Demanda
Los demandantes han citado a seis individuos como habiendo ya sufrido "daños" por el cambio climático y estaban enfrentando futuros daños por venir. Presuntamente, estas personas aparecerán como testigos si el caso llegase algún día a escucharse en la corte. Cinco de estas 'víctimas' son -sorpresa, sorpresa! - miembros de Greenpeace y Friends of the Earth. Una de ellas hasta era un empleado de Greenpeace. Vale la pena resumir el "daño" que el litigio afirma que se ha sufrido.
Tengan sus pañuelos listos, porque estas historias desgarrana los corazones en sus cuitas de tragedias humanas.
El Dr Phillip Dunstan es profesor de biología en Charleston, y miembro de Friends of the Earth. Él investiga mayormente los corales y culpa una supuesta degradación de los corales al 'cambio climático'. (presuntamente, la sobrepesca y la polución del agua no fue considerada por él). Dunstan reclama que la pérdida del coral disminuyen 'sus oportuni-dades para la investigación biológica'. Se nos parte el corazón!
Su pasatiempo favorito es el buceo en los Cayos de la Florida, y él afirma que el cambio climático está arruinando su recreación. Mucha gente en el mundo tiene la suerte de poder simplemente comer, pero se espera que sintamos lástima por Dunstan porque su diversión ha sido arruinada. ¿Y cómo exactamente llega Dunstan hasta los Cayos de la Florida desde Charleston? ¿Quizás en una 4x4 comedora de gasolina? Cualquiera sea el medio usado para llegar, tanto por tierra hasta Florida y luego en lancha hasta los arrecifes, podemos estar absolutamente seguros de que su "recreación" emite más gases de invernadero que muchos de nosotros en varios meses.
Además, Dunstan está construyendo una casa en las tierras bajas cerca de Charleston, y está muy preocupado por el ascenso del nivel del mar, tanto, pero tanto, que en lugar de vender la propiedad y construir en terrenos más altos, está elevando su casa a un gasto adicional, y encima se queja del probable aumento de las primas del seguro que deberá pagar a causa del temor por el ascenso de las aguas!. Consejo para Dunstan: los precios de las propiedades en los Estados Unidos son altos. Simplemente venda y construya en otro lado. Hasta puede haber una jugosa ganancia al hacerlo.
Pam y Jessie Williford son ambos miembros de Greenpeace y Friends of the Earth, están jubilados viviendo cerca de Raleigh, North Carolina. Son propietarios de una manzana de terreno en tierras bajas e intentan construir su casa allí en pocos años. Pero ahora temen al ascenso de las aguas marinas y reclaman que ellos jamás habrían comprado la tierra hace 25 años, si hubiesen sabido que se inundarían. De manera que ahora se ven obligados a gastar más dinero para hacer su casa a prueba de inundaciones.
Nota de FAEC: Por la misma lógica, también podrían demandar al gobierno de los Estados Unidos e Inglaterra por haber proporcionado las armas y el apoyo político a los mujaidines Afganos, que permitió eventualmente a los Talibanes y a Osama Bin Laden llegar a poder, destruir las torres Gemelas y sumir a los Estados Unidos (y a los jubilados como ellos) en un estado de neurosis y paranoia jamás visto en la historia.
¿Debe el gobierno pagarle "daños" a ellos? Hay una mejor solución: podrían vender su terreno con una espléndida ganancia (después de haberla poseído por 25 años, además!) y construir en cualquier otra parte.
Arthur y Anne Berndt son granjeros en Vermont, producen Melaza de Arce, o 'Maple Syrup'. Ambos son miembros de Greenpeace y de Friends of the Earth. Ellos tienen miedo de que los árboles de arce puedan migrar hacia el norte y quedarse sin más arces para producir la melaza.
Si los arces realmente migraran hacia el norte, los Berndts siempre podrían hacer lo que otros granjeros han hecho desde tiempos inmemoriale, cuando los cambios del clima y del mercado han ocurrido - cultivar y producir otra cosa.
Melanie Duchin es una empelada y miembro de Greenpeace, trabajando en Anchorage, Alaska. Ella culpa los brotes de plaga del escarabajo de la corteza del abeto al 'cambio climático', algo que 'daña' sus actividades recreacionales de caminatas en el área. Tiempo para el ingreso de los violines.
Pero Ms Duchin tiene el último As en la manga para ponerla aparte como la "víctima" del cambio climático. Ella realiza periódicos viajes a la costa Ártica de Alaska para "recreación personal", y pretende hacerlo todos los años. El cambio climático del Ártico, dice ella, disminuye su "deleite recreacional y estético" del Ártico.
Pero piense por un momento en la difícil situación de Ms Duchin. Ella misma está contri-buyendo directmente al mismo cambio climático que, según ella, está afectando a su auto impuesta "recreación'. Para llegar desde Anchorage hasta el Ártico y regresar todos los años, se requiere de transporte - y ese transporte usa combustibles fósiles, como la gasolina de aviación. De modo que el solo acto de viajar 1600 kilómetros hasta el Ártico y regresar, todos los años, suma una emisión de significante cantidad de gases de inver-nadero por su parte. Mientras que ella reclama el derecho de consumir una gran cantidad de combustible fósil en su viajes al Ártico, ella le quiere negar acceso a esos combustibles a la gente de los países pobres, cuyas necesidades son mucho más apremiantes que una mera "recreación".
Quizás deba ella demandarse judicialmente a sí misma, con las mismas bases que está demandando al gobierno de los Estados Unidos.
Conclusión
¿Acordarán las Cortes norteamericanas ni siquiera escuchar esta demanda? Si lo hacen. el caso será escuchado en Washington DC, en el mismo epicentro del sistema legal y político de los Estados Unidos. Ello está bien dentro de la estrategia de Greenpeace de extraer la máxima publicidad de los medios. Para las cortes de los Estados Unidos, permitir que los conviertan en meros peones de esta pantomima política serviría sólo para seguir disminu-yendo su credibilidad.
En términos del caso en sí mismo, la ciencia que apuntala al 'cambio climático' no está, de ninguna manera, aceptada como los demandantes parecen imaginarse. Bien lejos de las afirmaciones acerca del calentamiento global (cuya magnitud es ardientemente disputada), la demanda se basa primariamente en los alegados impactos que este cambio climático podría tener. No existe ningún consenso en la comunidad científica sobre lo que estos impactos podrían ser, algunos hasta viendo la posibilidad como beneficiosa, (tal como el efecto fertilizador del dióxido de carbono). Y sin embargo, el caso está enteramente basado en la afirmación de que el impacto será al mismo tiempo real y universalmente dañino.
Es de esperar que este caso provea la oportunidad para probar si las afirmaciones sobre el calentamiento global y su posible impacto sean probados y careados en un foro público, libre de las restricciones de los "peer-review" internos de las publicaciones y la censura de las opiniones disidentes que los caracterizan.